Para ser más creativo, ¡abúrrete!

29 abr 2019

4 min

Para ser más creativo, ¡abúrrete!
autor
Marlène Moreira

Journaliste indépendante.

Parece un título algo incoherente en la época que vivimos, que tanto glorifica la productividad. Sin embargo, dejar vagar la mente por los abismos del cerebro impulsa la creatividad. En 2016, el Journal of Experimental Social Psychology publicó una oda al aburrimiento que explicaba que aquellos que aceptan aburrirse “son capaces de desarrollar ideas más originales”. Entonces, ¿por qué no cambiamos y acogemos la ociosidad con los brazos abiertos?

¿Por qué ya nunca nos aburrimos?

Tener tiempo libre es la angustia del siglo XXI. La combatimos a base de notificaciones de redes sociales, partidas de Candy Crush y todo tipo de actividades. Nuestra sociedad moderna preconiza y busca la actividad continua, hasta tal punto que hemos creado la llamada ociofobia: fobia al tiempo libre. Este miedo a no tener nada que hacer ocurre tanto en la vida personal como en la profesional. ¿Alguna vez has visto a alguno de tus compañeros presumir de haber conseguido cerrar sus expedientes y tener tiempo de respirar tranquilo un rato? No. Todos estamos siempre “desbordados”, “acelerados” y “hasta arriba de trabajo”.

Hoy en día el aburrimiento se concibe como un sentimiento desagradable. La psicoterapeuta Odile Chabrillac comparte las siguientes reflexiones en su libro Petit éloge de l’ennui (“pequeño elogio del aburrimiento”, en español): “A diferencia de la pereza o la holgazanería, el aburrimiento es el espacio en el que ‘no se hace’ o incluso ‘no se es’. Es una ruptura con nuestra manera de ser que de alguna manera nos desestabiliza. Es un espacio percibido como pesado, apagado, que nos provoca malestar. Así, la primera confrontación con el aburrimiento no es agradable, pero podemos domesticarla. El aburrimiento solamente es un problema si nos resistimos a él”.

“La primera confrontación con el aburrimiento no es agradable. Pero podemos domesticarla. El aburrimiento solamente es un problema si nos resistimos a él” - Odile Chabrillac, psicoterapeuta

Los beneficios de aburrirse para la creatividad

¿Crees que Newton se le habría ocurrido la teoría de la gravedad si huebiese estado trabajando todo el día, metido en una oficina en vez de ganduleando debajo de un manzano? Es algo que nunca sabremos. Sin embargo, el estudio más conocido sobre el tema asegura que aburrirse o realizar tareas sencillas fomenta la creatividad. Sandi Mann y Rebekah Cadman, investigadoras en Psicología, pidieron a 40 voluntarios que realizaran durante 15 minutos una tarea especialmente aburrida: copiar números de una guía telefónica. Después, les pidieron que pensaran en maneras originales de utilizar tazas de plástico. Sus ideas resultaron más ingeniosas que las de otro grupo que no había copiado números. Para ir más allá, pidieron a un tercer grupo que recitara en voz baja (sin escribir) los mismos números. Este último grupo se reveló más creativo que el segundo grupo ¡y que el primero!

¿Su conclusión? Las actividades aburridas, y sobre todo las pasivas, estimulan la imaginación. ¿Nuestra conclusión? Quizás las reuniones de trabajo en las que te aburres como una ostra te ayuden a encontrar la idea del siglo, así que ¡ánimo!

Sandi Mann explica que tener huecos libres en el trabajo para descansar, o para realizar tareas sencillas para las que uno está demasiado cualificado, puede abrir camino a muchas ideas buenas. Necesitamos aburrirnos adecuadamente para acabar con la rutina y poder reflexionar de otra manera. En efecto, cuando nuestro cerebro entra en modo “piloto automático” (cuando realizamos una tarea fácil) crea conexiones neuronales nuevas, permite pasar más allá de la consciencia y hace que encontremos soluciones nuevas a problemas viejos.

Seguro que ya te ha pasado alguna vez: ¿cuántas ideas nuevas se te han ocurrido montado en un autobús con el móvil sin batería, haciendo cola en un supermercado sujetando las bolsas de la compra, o simplemente desvelado a media noche?

¿Cómo se fomenta el aburrimiento en el trabajo?
Si no tienes la oportunidad de aburrirte en el trabajo, vas a tener que (paradójicamente) ponerte manos a la obra. Los siguientes consejos te ayudarán a aburrirte unos minutos de vez en cuando y convertirte así en la nueva estrella de la oficina:

  • Échale una mano a algún compañero con una tarea aburrida. En cualquier empresa hay que hacer montones de labores repetitivas, como abrir el correo, comprobar una lista de materiales, archivar papeles, etc. En vez de verlas como un fastidio, piensa que ocuparte de ellas puede ser una oportunidad para dejar que tu cerebro vague y descanse. Además, es una buena manera de conseguir una chocolatina de agradecimiento.
  • No leas tus e-mails durante las reuniones. Lo único que consigues realmente es distraerte. Todos tenemos que hacer “acto de presencia” en algunas reuniones que no nos interesan para nada. En vez de aprovecharlas para leer los correos atrasados, mira fijamente a la persona que tiene la palabra con cara de concentración y deja que tu cerebro desconecte. No olvides pestañear regularmente, para no parecer un bicho raro.
  • Desactiva las notificaciones de camino al trabajo. El móvil nos satura la mente con información continuamente. El tiempo que pasas en el metro o autobús es perfecto para que dejes que tu mente vague libremente, pues soñar despierto implica los mismos procesos cognitivos que los asociados a la imaginación y la creatividad. Venga, guarda el móvil en el bolsillo. Nada de movimientos bruscos. Así, perfecto.
  • Camina siempre que puedas. ¿Qué tenían en común Beethoven, Sócrates y Darwin? A los tres les gustaba salir a pasear por la calle varias veces al día. Un estudio de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, revela los beneficios que pasear tiene sobre la creatividad: el simple hecho de caminar (incluso en una cinta de correr en una habitación pequeña) incrementa la creatividad en un 60%. Así, en vez de coger el teléfono y pedir que te traigan la comida a la oficina o coger el coche para ir a ver a un cliente tres calles más allá, ponte unas zapatillas deportivas, apaga el móvil y tómate un tiempo para reflexionar. Además, luego no te sentirás tan culpable si te saltas el gimnasio.
  • Dale un toque creativo a tus pausas. Ojea una revista, disfruta de la pausa del mediodía para ir a ver una exposición o, mejor aún, hazte con un cuaderno para colorear. Este tipo de actividades permite que el cerebro desconecte y se concentre en tareas simples. La mente se vacía y encuentra ideas nuevas. Y ya de paso, prepara una respuesta creativa por si tu jefe te pregunta qué hace tu escritorio lleno de bocetos de Dora la Exploradora.

Aburrirse demasiado es perjudicial para la salud, pero una dosis equilibrada de aburrimiento estimulará tu imaginación. Chris Lewis explica en su libro Too Fast To Think: “Si queremos tener ideas buenas, tenemos que aprender a dejar descansar la mente. Todos podemos desarrollar nuestro potencial creativo y aprender a innovar. La creatividad es un estado de ánimo. Hay que ser capaz de enfrentarse a la ociosidad sin angustia y dejar vagar la mente. El que se permite aburrirse, se permite imaginar y crear”.

Foto de WTTJ

Traducido por María Gutiérrez Alonso

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